CURIOSIDADES

CURIOSIDADES DEL BARRIO PESQUERO

 

El Barrio Pesquero de Santander es un lugar lleno de vida, tradición y cultura, donde las calles, plazas y el mar se entrelazan en una historia compartida. Desde su flota pesquera, que ha sido el alma del barrio, hasta las calles emblemáticas que guardan el eco de generaciones de pescadores y marineros, cada rincón tiene una historia que contar. Este recorrido por el barrio nos llevará por sus lugares más representativos, descubriendo los secretos que hacen de este enclave un tesoro histórico y cultural en la ciudad.

FLOTA PESQUERA

Flota Pesquera

 

 

La flota pesquera de Santander se concentra en el muelle de Maliaño, que se extiende a lo largo de 1.000 metros y cuenta con un calado de 10 metros. Este puerto ofrece 5.000 m² de espacio para la lonja y alberga diversas instalaciones esenciales, como la Cofradía de Pescadores, una lonja de pescado, una fábrica de hielo, naves para armadores, almacenes de redes y un varadero para reparaciones.
En la lonja, el pescado recién descargado se clasifica por especies, tamaño y calidad, y se comercializa a través de un sistema de subasta destinado a minoristas locales, mayoristas nacionales y exportadores
 

Más sobre la Flota Pesquera

El 90% de la pesca se comercializa dentro del propio municipio de Santander. Las especies más relevantes capturadas son el chicharro, verdel, sardina, rape, merluza, bocarte, bonito, gallo, caballa y cigala. Actualmente, la flota está compuesta por unos 40 barcos pesqueros que emplean a cerca de 400 personas (datos de 2009). Los caladeros se encuentran en aguas nacionales, principalmente en el cantábrico noroeste. Sin embargo, la flota ha experimentado una reducción gradual, pasando de más de 60 buques en 1994 a la situación actual. La flota de Santander representa aproximadamente el 25% de la flota total de Cantabria. El varadero, destinado a la limpieza y reparación de embarcaciones, es una infraestructura crucial para el mantenimiento de la flota pesquera local.

LA INFLUENCIA DE SOTILEZA

 

El nombre oficial del Barrio Pesquero es “Poblado Marítimo de Sotileza”, y varias de sus calles y plazas toman su nombre de la novela Sotileza (1881), del escritor cántabro José María de Pereda (Polanco, 1833 – Santander, 1906), uno de los grandes exponentes del realismo español y autor de conocidas novelas de costumbres.
La historia sigue la vida de Silda, una joven huérfana que, tras sufrir maltratos por parte de la familia Mocejón, es acogida por una nueva familia que le da el apodo de Sotileza. A través de esta obra, Pereda retrata la dureza, las virtudes y las luchas cotidianas de los marineros y pescadores de Santander a finales del siglo XIX, inmortalizando un mundo lleno de nobleza, fe y sacrificio.
 

Más sobre la Influencia de Sotileza

En Santander, «Sotileza» no solo es un nombre literario, sino también un término local que alude a la parte más fina del hilo del aparejo de pescar, donde se ata el anzuelo, simbolizando habilidad y destreza. La novela, además de preservar el vocabulario marinero de la época, ofrece un retrato de un Santander ya desaparecido. Pereda incluyó un glosario al final de su obra para facilitar la comprensión de las expresiones locales. Los personajes de la novela, fundamentales en su trama, han dejado su huella en las calles del Barrio Pesquero, donde sus nombres perduran.

Calle Mocejón

Recibe su nombre de la familia Mocejón, una humilde familia de pescadores de la novela. El tío Mocejón y la Sargüeta son los padres de Carpia y Cleto, quienes acogen a la huérfana Silda, aunque la maltratan. Finalmente, Silda huye para llevar una vida libre entre los raqueros.

Calle Tío Mechelín

Tío Mechelín y tía Sidora son la familia de acogida definitiva de Silda, quienes la protegen y le dan el apodo de «Sotileza». Viven en la bodega de la misma casa que los Mocejón y son testigos del maltrato que sufrió la joven con ellos.

Plaza Cabildos

Este nombre hace referencia a los cabildos mencionados en la novela, que eran barrios de pescadores: el Cabildo de Arriba y el Cabildo de Abajo.

Plaza de Murgo

Murgo, junto con Sotileza, es uno de los personajes principales de la novela. Es un joven raquero semiabandonado que, a lo largo de la obra, crece y se transforma en un personaje central.

Calle Tío Trementorio

Esta calle toma su nombre de otro personaje de la obra de Pereda, del relato «La Leva», incluido en *Escenas Montañesas*. El Tío Trementorio, cuyo verdadero nombre es Miguel, era conocido por su corpulencia y su gran habilidad como remero y marinero.

Sotileza

NUESTRAS CALLES

Paseo Alberto Pico

Paseo Alberto Pico

En honor al párroco del Barrio Pesquero, fallecido en 2014, quien durante cuatro décadas se entregó por completo a la defensa de los derechos fundamentales de sus feligreses, independientemente de que fueran creyentes o no.

Más sobre Paseo Alberto Pico

El Paseo Alberto Pico lleva el nombre de este emblemático sacerdote en reconocimiento a su labor incansable en el Barrio Pesquero. Nacido en Cuba de madre mexicana y padre cántabro, quedó huérfano siendo bebé y fue traído a España, donde fue criado por el sacerdote Feliciano Calvo. Para poder ver a su padre en Cuba, se hizo capellán de la marina mercante, y más tarde ejerció como cura en Laredo y en parroquias rurales, antes de llegar al Barrio Pesquero, donde dejó una huella imborrable.

A su muerte, el 2 de junio a los 82 años, se rindió homenaje a su vida de servicio con la creación del Premio Alberto Pico a la Solidaridad, y el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, bautizó con su nombre un paseo y un parque en el Barrio Pesquero. Además, el Ministerio de Educación ya había reconocido su legado, dando su nombre al instituto del barrio, construido sobre terrenos que él mismo logró expropiar al obispado. Su funeral fue un evento multitudinario, con cientos de vecinos que, más allá de la ceremonia oficial, querían despedir a quien dedicó su vida a defender sus derechos y a mejorar sus condiciones de vida.

Calle Marques de la Ensenada

Calle Marqués de la Ensenada

La Calle Marqués de la Ensenada recibe su nombre en honor a uno de los barcos de la clase Oquendo de la Armada Española, así como al destacado Zenón de Somodevilla y Bengoechea, primer Marqués de la Ensenada.

Más sobré Calle Marqués de la Ensenada

La Clase Oquendo comprendía una serie de tres destructores diseñados para la Armada Española. Este proyecto representó la iniciativa más ambiciosa de la construcción naval en España durante la postguerra, con la intención inicial de construir nueve embarcaciones. Sin embargo, la implementación del sistema de propulsión Rateau/Bretagne, que resultó ser poco fiable y técnicamente complejo, junto con las limitaciones de la industria naval española de la época, llevaron a uno de los mayores fracasos inversores de la Armada Española en el siglo XX. El barco fue construido en Ferrol, trasladado a Cartagena y, para aumentar su manga, fue cortado por la mitad. Botado en 1968, navegó por puertos como Nápoles, Casablanca y Portsmouth. El 2 de octubre de 1981, justo cuando estaba a punto de ser dado de baja, sufrió daños en Santander debido a una bomba de la banda terrorista ETA, que provocó una brecha de tres metros en el cuarto de calderas. Actualmente, se conserva en el Museo Naval de Ferrol.

Zenón de Somodevilla y Bengoechea (La Rioja, 20 de abril de 1702 – Valladolid, 2 de diciembre de 1781) fue un destacado estadista y político ilustrado español. A lo largo de su carrera, ocupó importantes cargos como secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias. También fue nombrado sucesivamente superintendente general de Rentas, lugarteniente general del Almirantazgo, secretario de Estado, notario de los reinos de España, y recibió distinciones como Caballero del Toisón de Oro y de la Orden de Malta. Su influencia se extendió a través de tres reinados: Felipe V, Fernando VI y Carlos III.

Calle Miguel Bravo

Calle Miguel Bravo

La Calle Miguel Bravo honra a una figura clave en la historia del Barrio Pesquero. Nacido en Cantabria, este joven sacerdote dedicó su corta vida a servir a los más humildes, dejando un legado de solidaridad y compromiso social.

Más sobre Calle Miguel Bravo

Miguel Bravo de la Peña nació el 28 de febrero de 1931 en Camesa (Cantabria). Desde pequeño mostró un gran amor por la naturaleza y una profunda vocación caritativa. Tras ingresar en el seminario de Burgos, se licenció en Filosofía y estudió Teología. Su primer destino como sacerdote fue en el valle de Polaciones, donde no solo ejercía sus deberes religiosos, sino que también escalaba en los Picos de Europa.

Comprometido con las gentes humildes del valle, Miguel entregaba sus recursos a quien lo necesitaba, bajaba a los enfermos a Santander y recorría largas distancias para ofrecer misa y administrar los sacramentos, en ocasiones esquiando kilómetros. Mantenía una vida intelectual activa, dominando varios idiomas y coleccionando libros durante sus breves visitas a la ciudad.

A los 30 años, con la salud ya debilitada, fue asignado como coadjutor del Poblado Pesquero de Santander, donde enfrentó grandes retos y logró fundar una filial del Instituto de Enseñanza Media en el barrio. A pesar de su grave enfermedad renal, continuó sirviendo a su comunidad hasta su fallecimiento el 27 de febrero de 1967, un día antes de cumplir 36 años.

Calle Cardenal Herrera Oria

Calle Cardenal Herrera Oria

La calle lleva el nombre de Ángel Herrera Oria (Santander, 19 de diciembre de 1886 – Madrid, 28 de julio de 1968), un destacado periodista, jurista, político y sacerdote español, quien llegó a ser cardenal de la Iglesia Católica.

Más sobre Cardenal Herrera Oria

El cardenal Ángel Herrera Oria fue una figura influyente en la España del siglo XX, reconocido por su labor como periodista, jurista y político, además de su compromiso religioso. Junto al padre Ayala, fundó la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, una organización dedicada a promover los valores católicos en la sociedad. También se desempeñó como director del diario El Debate, donde defendió una postura accidentalista durante la II República, destacándose como un defensor de la fe y los principios católicos en tiempos de cambio político y social. Su legado perdura tanto en el ámbito religioso como en el periodismo español.

NUESTRAS CALLES DE SOTILEZA

Paseo Alberto Pico

Calle Mocejón

Recibe su nombre de la familia Mocejón, una humilde familia de pescadores de la novela. El tío Mocejón y la Sargüeta son los padres de Carpia y Cleto, quienes acogen a la huérfana Silda, aunque la maltratan. Finalmente, Silda huye para llevar una vida libre entre los raqueros.

 

Paseo Alberto Pico

Calle Tío Mechelín

Tío Mechelín y tía Sidora son la familia de acogida definitiva de Silda, quienes la protegen y le dan el apodo de «Sotileza». Viven en la bodega de la misma casa que los Mocejón y son testigos del maltrato que sufrió la joven con ellos.

 

Paseo Alberto Pico

Plaza Cabildos

Este nombre hace referencia a los cabildos mencionados en la novela, que eran barrios de pescadores: el Cabildo de Arriba y el Cabildo de Abajo.

 

Paseo Alberto Pico

Plaza de Murgo

Murgo, junto con Sotileza, es uno de los personajes principales de la novela. Es un joven raquero semiabandonado que, a lo largo de la obra, crece y se transforma en un personaje central.

 

Paseo Alberto Pico

Calle Tío Trementorio

Esta calle toma su nombre de otro personaje de la obra de Pereda, del relato «La Leva», incluido en *Escenas Montañesas*. El Tío Trementorio, cuyo verdadero nombre es Miguel, era conocido por su corpulencia y su gran habilidad como remero y marinero.